ANOMALÍAS CONGÉNITAS Los defectos del tubo neural


Los defectos del tubo neural ocurren durante el primer mes de embarazo, cuando se están formando las estructuras que se acabarán convirtiendo en el cerebro y la médula espinal. Normalmente estas estructuras se enrollan sobre sí mismas y acaban formando un tubo cerrado en torno al día 29 después de la concepción. Cuando el tubo no se cierra completamente, el bebé presenta un defecto del tubo neural; muchos bebés que nacen con esta anomalía son mortinatos o mueren al poco tiempo de nacer.
Los dos tipos principales de defectos del tubo neural son:
La espina bífida, que ocurre cuando la columna vertebral no se cierra completamente alrededor de la médula espinal. Pude ser de leve a muy grave y puede cursar con pérdida de las funciones excretoras, parálisis y, en algunos casos, la muerte.
La anencefalia afecta a 3 de cada 10.000 nacimientos y consiste en la ausencia de partes del cerebro.
Los defectos del tubo neural son anomalías congénitas multifactoriales que, según la fundación March of Dimes, afectan cada año aproximadamente a 2.500 nacimientos en EE.UU, o a 1 de cada 2.000 nacimientos de bebés vivos. Los estudio han mostrado que muchos de estos defectos se pueden evitar si la madre ingiere suficiente ácido fólico antes de quedarse embarazada y durante el embarazo, sobre todo durante el primer trimestre.
Las mujeres deben asegurarse de ingerir suficiente ácido fólico antes de quedarse embarazadas porque el tubo neural se cierra aproximadamente una semana después de la primera falta menstrual —de modo que las madres no deben esperar por el empezar a tomar suplemento de ácido fólico hasta que sepan que están embarazadas. Este es el motivo por el que se recomienda tomar ácido fólico a todas las mujeres en edad reproductiva.

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