SÍNDROME DE KLEINE-LEVIN


El síndrome de Kleine-Levin (SKL) es una enfermedad neurológica rara de origen desconocido y caracterizada por episodios de hipersomnia, asociados a alteraciones cognitivas y del comportamiento. Afecta a alrededor de 1-2/millones de individuos. En su mayoría, los pacientes son varones (68-78% de los casos) y adolescentes (81% de los pacientes), con una edad media de aparición de la enfermedad de 15 años (varía de 4-82 años). El primer episodio puede estar desencadenado por una infección (72% de los casos). El número de episodios se sitúa entre 7 y 19, a lo largo de 10-13 días, y que, como media, se repiten cada 3,5 meses. Los episodios son más recurrentes en las formas con inicio en la infancia. Durante los episodios, todos los pacientes presentan: hipersomnia (con períodos de sueño de 15-21 horas/día de duración), deterioro cognitivo (apatía, confusión, lentitud y amnesia) y un sentimiento específico de desrealización (un estado similar al sueño, con la percepción alterada). Menos frecuentemente, se asocia con hiperfagia (66%), hipersexualidad (53% de los pacientes, principalmente hombres), ansiedad, alteraciones compulsivas o del humor y depresión (53% de los pacientes, predominantemente mujeres). Entre los episodios, el sueño, la atención sostenida, el estado de ánimo y los hábitos alimenticios son muy similares a los de los controles, pero los pacientes con SKL tienen un índice de masa corporal mayor. El curso medio de la enfermedad es de 8-14 años, pero es más largo en hombres, en pacientes con hipersexualidad y cuando la aparición de la enfermedad ocurre después de los 20 años. Recientemente, se han identificado factores de vulnerabilidad que incluyen problemas del desarrollo o perinatales. La influencia de los factores genéticos está apoyada por la agregación familiar (el 5% de los casos implica a familias múltiples, sugiriendo una transmisión autosómica recesiva) y un potencial efecto fundador en la población judía. En un grupo pequeño, se encontró una asociación del SKL con el genotipo HLA-DQ2 positivo, pero no se confirmó en un grupo más grande. No hay historial familiar de alteraciones neuropsiquiátricas. En un 10% de los casos, el SKL es secundario a una enfermedad genética, inflamatoria, vascular o paraneoplásica. En estos casos, los pacientes son mayores y presentan episodios más largos y frecuentes, pero los síntomas clínicos, el curso de la enfermedad y la respuesta al tratamiento son similares a los de los casos primarios. Los resultados de las imágenes cerebrales estructurales, el estudio del LCR o la búsqueda de marcadores inflamatorios son negativos. En un 70% de los casos, se observa durante los episodios una desaceleración del EEG, sin actividad epiléptica. La estructura del sueño varía de hipersomnia armoniosa a hipoarousal con una baja eficiencia de sueño. La gammagrafía cerebral puede mostrar hipoperfusión, focalizada principalmente en las áreas del tálamo, hipotálamo y frontotemporal, especialmente cuando se comparan con las imágenes obtenidas entre los episodios. Generalmente, los pacientes presentan una respuesta pobre al tratamiento. Algunos estimulantes (amantadina y, más raramente, modafinilo o anfetaminas) y los estabilizadores del ánimo (litio y valproato, pero no carbamazepina) tienen una eficacia modesta. El SKL es una enfermedad desconcertante e incapacitante. Hasta que no se identifique su causa, el manejo de la enfermedad debe ser principalmente educacional y de soporte.
Revisores expertos
Dr Isabelle ARNULF
Fuente http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/OC_Exp.php?lng=ES&Expert=33543

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