FIBROMIALGIA-DEL LIBRO “LAS TRAMPAS DE LA MENTE” del Dr. ELIAS NORBERTO ABDALA












- Médico, UNBA.
- Doctor en Medicina, USAL.
- Psiquiatra Universitario, UNBA.
- Magister en Psiconeuroendocrinología. UCBM.
- Ex Profesor de Clínica Psiquiátrica, Inst. Univ. de Salud Mental.
- Profesor Consulto de Psiquiatría, Facultad de Medicina, USAL.

CAPÍTULO 5
ME DUELE TODO
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Me llamo Beatriz (45). Hace años que vivo con dolores de cuerpo y creo que ya
no me acuerdo qué era vivir sin molestias. Tampoco sé cuándo empezó pero
fue de a poco y creí que los dolores eran consecuencia de mis actividades,
hasta que me dí cuenta que no, aunque no hiciera nada, siempre estaban.
Después de un largo vía crucis, varios años y muchos especialistas que decían
que eran los nervios y no tenía nada, un médico nombró una palabra que
nunca había escuchado: “fibromialgia”, y dijo: “lo que te pasa está en los
libros”. Tuve un gran alivio con el diagnóstico porque todos en la familia y creo
que también mis amigos (y hasta yo) pensaban que inventaba. En realidad, el
desconocimiento y desinformación son una forma de ceguera: para muchos si
una enfermedad no se ve, de alguna manera, no existe. En la fibromialgia no
constan análisis, radiografías ni ninguna prueba específica que la demuestre,
el diagnóstico solo lo hace el médico con la revisación y por eso hablo de la
invisibilidad. Creo que solo entenderá quien tenga el dolor del cuerpo como yo.
Un ejemplo: el sufrimiento es como el olor, no se ve pero ahí está y se percibe.
Hay muchas causas de dolencias, nada más que en fibromialgia es siempre
dolor excesivo.
Tuve suerte por el nivel de comprensión y apoyo de mi marido e hijas, gracias
a que el médico dedicó un buen tiempo a explicarles de qué se trataba. El
sustento de mi entorno significó mucho porque conocí otras personas con el
mismo problema y que por desconocimiento o descreimiento tuvieron poca
compresión, hasta dudaban si no era una forma de llamar la atención o vivir
con licencia médica en el trabajo.
Con el tiempo aprendí que hay días con dolor de distinta intensidad. Según las
jornadas a veces noto poco malestar y otras que no me puedo mover. Por
suerte, creo que me estoy haciendo amiga del dolor: los días que me deja
bastante tranquila aprovecho para realizar todo lo que el médico dijo que debía
hacer, no me recargo con más trabajo de lo que puedo y sobre todo trato de no
competir conmigo misma para volver a lo que hacía antes de que apareciera la
fibromialgia. Incluso, hubo épocas donde no tenía dolor: durante los
embarazos.
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Creo que una vez que está el diagnostico, siguiendo las pautas médicas, con
una lista corta de cosas que puedo hacer para no frustrarme o generar más
dolor, pude aprender a vivir. Así activo mejor y también mi familia. Por ejemplo,
ahora no manejo el auto porque voy insegura, me cuesta, sobre todo si tengo
que mantener los brazos en el volante, me tenso y no sé relajar la musculatura.
Es decir, trato ver el vaso medio lleno. Ayudó mucho la terapia que hago dos
veces por semana desde hace varios años.
Realizo también algo de ejercicio físico pero sin pasarme: camino o nado en
pileta climatizada, actividades que se recomiendan para esta enfermedad. Me
hacen bastante bien siempre que no esfuerce más de la cuenta. También me
van muy bien los ejercicios de estiramientos. Pero insisto, hacer ejercicio físico
sin exigir la musculatura porque no se trata de competir sino mantener el
cuerpo ágil.
La calidad de vida depende del grado de severidad de la fibromialgia, si existe
otra enfermedad asociada o no, y condiciones económicas y laborales del
afectado. Y como dije antes depende de los días porque unos el dolor y
cansancio me impiden duchar y peinar sola, pero otros hasta bailo un poco.
También depende del estado de ánimo y no vencerse. No es un mal mortal,
pero si muy incómodo y aveces insoportable. Pero no quiero dramatizar porque
hay sufrimientos más graves y peores.
El grado de afectación hizo que deje mi trabajo, solo hago de a poco y
despacio tareas caseras. Tengo mucha suerte porque con ayuda de mi marido
y las chicas pude quedarme.
Pero siempre aceptando los límites del dolor y cansancio. Ahora no puedo
andar en bicicleta y también a veces me cuestan las relaciones sexuales con
normalidad porque estoy muy cansada o dolorida. Para ahorrar energía, limpio
mis dientes con un cepillo a pila, no corro, camino, normalmente uso el
ascensor, las escaleras me resultan imposibles, no abro botellas de vino ni
latas.
Hay que combatir para aliviar al dolor porque siempre está. Me sirven ejercicios
de estiramientos, relajación muscular, agua caliente, hacer algo de deporte
suave, tomar medicamentos que da el médico y hablar en análisis.
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¿QUE ES EL DOLOR?
Todo el mundo lo conoce y reconoce rápidamente por infinidad de causas:
pincharse con un alfiler, sentir quemaduras, porque la cabeza explota en la
migraña o por una puntada en la espalda al levantar un objeto pesado. Se
llama dolor, y en realidad y afortunadamente, es un mecanismo del organismo
para informar que algo lo daña.
El siempre recordado médico misionero francés Dr. Albert Schweitzer afirmó
(en 1931): “El dolor es un señor de la humanidad más terrible que morir”. (41)
En la actualidad, es un trastorno universal del cual nadie está libre, además de
conformar un grave problema sanitario. Pero también, un serio inconveniente
para quien lo padece y acompañan. Para los médicos, algunos tipos de
sufrimiento son verdaderos y complejos desafíos para aliviar a sus pacientes.
Para la International Association of the Study of Pain: “es una experiencia
sensorial y emocional desagradable asociada a un daño real o potencial del
tejido, o se describe en términos de dicho perjuicio”. (42) Es una vivencia
subjetiva que aprendemos de la experiencia desde que nacemos. Es una de
las pocas cosas en que no se necesita de nadie para conocerlo. Además, es
invisible, solo existe por la expresión de quien lo padece. Tampoco se mide
(como la temperatura o presión arterial).
Según su duración puede ser agudo, si dura poco, o crónico, si se extiende o
instala de manera permanente. Pero también se pueden señalar otras
diferencias entre ellos
El agudo casi siempre tiene una causa que se puede identificar con facilidad.
Su origen está fuera del cerebro, en el llamado sistema nervioso periférico,
aunque por diversas vías nerviosas llega al raciocinio que lo registra y procesa.
Juega un papel fundamental como advertencia
de peligro para el organismo, ya sea por motivos mecánicos (fractura), térmicos
(quemadura) o químicos (artritis, gripe).Con frecuencia se alivian con
analgésicos comunes y se superan en poco tiempo al desaparecer la lesión.
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El crónico suele ser más complicado. Es una dolencia que se independizó de la
causa original que lo produjo o, incluso, que ésta ya no exista. En este caso, la
razón es que los nervios que transmitían originalmente la señal de dolor al
cerebro, permanezcan sobreexcitados y continúen mandando señales. Si esto
sucede (que se independice por completo del estímulo causal) el dolor pierde
su función primaria de advertencia y se transforma en tortura. En tal caso, y por
este motivo, resulta más difícil de tratar que el agudo, ya que se transformó en
una enfermedad.
Según Institutos Nacionales de la Salud, sólo en Estados Unidos el dolor
crónico afecta a unos 50 millones con un costo anual de 100.000 millones de
dólares para el sistema de salud, tiempo de trabajo perdido y otros problemas
de impacto económico. (43)
Algunas otras cifras pueden ayudar a dimensionar la importancia del dolor:
El 30 por ciento de la población refiere haber padecido algún tormento
importante en cierto momento de su vida; siempre ocasiona una huella
significativa a nivel individual, familiar, laboral, social y económico; aumenta
con la edad, llegando al 42,6 por ciento en mayores de 65 y localizándose más
en miembros inferiores; es más frecuente en mujeres que hombres y los
jóvenes padecen más dolores de cabeza.
Que las mujeres padezcan más los dolores que los hombres generó
interesantes investigaciones. Entre las diferencias más notorias consta que las
primeras se recuperan más rápido, buscan ayuda precozmente, son más
resistentes y menos quejosas de los hombres que disponen de mejores
habilidades para afrontarlo. Las hormonas parecen ser jugadoras de
importancia: los estrógenos (femeninos) disminuyen el umbral al dolor y así es
reconocido con mayor rapidez que permite buscar recursos para su alivio. Por
el contario, la testosterona (masculina) eleva el umbral del dolor por lo cual el
hombre lo siente menos y tarda más tiempo en intentar resolverlo.
VIVE EN EL CEREBRO
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El diario Universal de Méjico publicó en octubre del año pasado (especificar el
año): “Científicos argentinos demostraron que la causa de los dolores crónicos,
aquellos que perduran como mínimo seis meses, provienen de afectaciones
cerebrales que perduran aún cuando desaparece el daño”. (44)
El estudio hecho por un médico y tres físicos acredita que distintas alteraciones
en el balance del sistema cerebral provocan dolores crónicos, como de cintura
o espalda. (45)
Ante este hallazgo, los científicos sugirieron que el tratamiento no debe
centrarse en el lugar del dolor sino en “fallas de conexión” del cerebro.
Realizaron ensayos en personas sanas y pacientes con dolores crónicos en
estado de reposo, en cuyos cerebros detectaron el “balance de correlaciones
alterado”. (47)
Es decir, regiones cerebrales que deben “apagarse” permanecen “encendidas”,
lo que provoca problemas de insomnio y toma de decisiones incluso en
pacientes que ya no sienten dolor, por ejemplo, en la espalda. (48)
"El dolor crónico altera circuitos cerebrales. El cerebro se acostumbra y el
sufrimiento sigue". (49)
Sin embargo, pese a demostrar que el origen está en el cerebro, los
especialistas desconocen, por el momento, la causa de alteraciones
permanentes en conexiones cerebrales. (46)
También, es interesante mencionar que el cerebro es incapaz de experimentar
dolor, aunque tenga la facultad de registrar y señalar cuándo sufren otras
partes del cuerpo. Es decir, es el único órgano del cuerpo insensible al dolor.
Por lo tanto, cuando duele la cabeza, punzan nervios, vasos sanguíneos y
músculos que cubren cabeza y cuello. A veces, los músculos o vasos
sanguíneos se inflaman, tensan o experimentan otros cambios que estimulan a
los nervios circundantes o ejercen presión sobre ellos, que envían mensajes de
dolor al cerebro.
CUANDO DUELE TODO
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Recibe el nombre de “mialgia” todo tipo de dolor muscular y “fibromialgia” al de
las fibras musculares.
La fibromialgia es un frecuente síndrome (conjunto de signos y síntomas) que
se caracteriza por dolores generalizados en el cuerpo, muchas veces
acompañado por cansancio al despertar. La enfermedad existe y está
reconocida por la OMS desde 1994, hecho de suma importancia porque uno de
los problemas que más afecta a los enfermos es la incomprensión de médicos,
familiares, sociedad y que laboralmente no se considere. Es propio que los
pacientes expresen dolor en articulaciones, aunque no sea un padecimiento
articular como la artritis o artrosis. También los dolores musculares son
frecuentes, persistentes, erráticos y agotadores. Las zonas dolorosas son:
nuca, hombros, cabeza, parte anterior del tórax, región lumbar, costados de las
caderas y cara interna de las rodillas. Puede doler todo el cuerpo, pero cada
persona tiene unas zonas preferentes de localización. A veces sólo sufren
caderas, rodillas o tobillos. Es un tipo de distribución muy extraña, que no se
adapta al patrón general de la patología de tipo reumático o poliarticular.
A veces también, acompaña a personas que padecen otras enfermedades
como artritis reumatoidea, colagenopatías o síndrome de Sjögren.
Aunque se conoce este trastorno todavía se desconocen las causas que lo
originan. Se ha comprobado que participar diversos y variados factores como
situaciones traumáticas emocionales, alteraciones hormonales, infecciones
diversas (bacterianas o virales, etc.). Se supone que cualquiera fuere la causa
que la produce, ocasionaría una alteración en diversas sustancias químicas del
cerebro, responsables de trasmitir y registrar el dolor en el sistema nervioso
central.
La fibromialgia (como la fatiga crónica) deben ser consideradas más como
el resultado de un proceso de vida y no que aparecen porque sí. Debe
evaluarse sino es la expresión o el emergente de una suma de factores
nocivos o perjudiciales que afectaron al sistema nervioso y que resultaron
agresiones de importancia (cirugías, traumatismos, impactos emociones
intensos, procesos inflamatorios o infecciosos acontecidos en meses o
años pasados o situaciones recientes).
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Las mujeres la padecen en una proporción llamativamente más frecuente
que los hombres, en una proporción de veinte a uno, ignorándose el motivo
de esta notable diferencia.
Aunque el principal y torturante síntoma es el dolor generalizado pueden
habitualmente sumarse otros como cansancio, falta de energía, trastornos
del sueño, ansiedad, depresión, dolores de cabeza, colon irritable, tensión
premenstrual, intolerancia al frío, síndrome de las piernas inquietas,
calambres y hormigueos, dolor en las articulaciones de la mandíbula
(generalmente con bruxismo), sequedad de boca y otros muy variados.
Las mujeres también se quejan de un aumento en la frecuencia o urgencia
para orinar, sin que haya una infección de la vejiga. Algunas pacientes
pueden presentar una inflamación dolorosa de la pared de la vejiga, la cual
se conoce como “cistitis intersticial”.
También la rigidez del cuerpo puede representar un problema agobiante que se
nota particularmente al despertar, después de permanecer sentado mucho
tiempo, estar de pie sin moverse o cambios de la temperatura o humedad
ambiente. (50)
A veces, algunos pacientes (casi un 30 por ciento) presentan un trastorno
neurológico conocido como el “síndrome de las piernas inquietas” (restless leg
syndrome), caracterizado por un impulso incontrolable de mover las piernas,
sobre todo cuando se está descansando o reposando. (51)
Aunque con frecuencia, los pacientes son diagnosticados incorrectamente
como si padecieran trastornos de depresión o ansiedad, las investigaciones
demostraron repetidas veces que la Fibromialgia no es una forma de depresión
ni hipocondría. Sin embargo, siempre que la depresión o ansiedad acompañen
a la fibromialgia, es importante su tratamiento ya que estas condiciones pueden
aumentar la sensación térmica de sus síntomas. Además, al ser una
enfermedad invisible, muchas veces se torna muy difícil que las personas
vinculadas al paciente comprendan el dolor generalizado que siente.
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Desde el punto de vista hormonal se detectaron dos sistemas hormonales
comprometidos. Uno de ellos, el llamado eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal
que empieza a nivel del hipotálamo con aumento de la liberación de la hormona
CRH, continúa a nivel de hipófisis con la ACTH y finalmente llega hasta la
suprarrenal liberando cortisol. Por otro lado, existen otras hormonas,
frecuentemente olvidadas, entre ellas, la prolactina y hormona del crecimiento,
que pueden estar implicadas en algunos subtipos de fibromialgia. Se
descubrieron niveles disminuidos de cortisol y hormona de crecimiento en un
30 por ciento de los pacientes (aunque no en el 70 restante).
Otras hormonas involucradas están vinculadas a la glándula tiroides. En 2006
J. C. Lowe, Director de Investigación de la Fibromyalgia Research Foundation
en Boulder, Colorado (USA), expresó: “La fibromialgia es la causa más común
del dolor crónico generalizado y contracturas anormales. No hay actualmente
consenso sobre el mecanismo que puede producirla. Sin embargo, una línea
de evidencia colectiva parece indicar que una regulación inadecuada de la
hormona tiroidea, debida a un hipotiroidismo, es el principal mecanismo.
Los síntomas y signos de la fibromialgia son virtualmente idénticos al
hipotiroidismo. Solamente en ensayos clínicos usando hormona tiroidea, los
pacientes de fibromialgia se recobraron. Una mejoría significativa de los
tratados con hormona tiroidea, persiste de uno a cinco años, en estudios de
seguimiento”. (52)
Las personas con fibromialgia suelen realizar un largo y tortuoso recorrido por
diferentes alternativas asistenciales antes de ser diagnosticadas de forma
definitiva. Parte del problema reside en el desconocimiento que muestran
muchos profesionales de la salud, por eso derivan al paciente a un psiquiatra
porque consideran sus síntomas como una patología mental. (53)
RECOMENDACIONES TERAPÉUTICAS
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El tratamiento, cuando es interdisciplinario, suele ser exitoso o permite atenuar
significativamente la sintomatología, y se sustenta en un soporte tripartito:
ejercicios físicos, psicoterapia y medicamentos. Sin alguno de ellos el
tratamiento será inefectivo.
Algunas de las actividades físicas recomendables son masajes, ejercicios
acuáticos en piletas climatizadas, técnicas de relajación y respiración y tareas
ocupacionales. También son de utilidad algunos suplementos alimenticios
como magnesio.
Los medicamentos analgésicos y antiinflamatorios que se utilizan para tratar
muchas afecciones reumáticas no demuestran utilidad en las personas con
fibromialgia, ya que una de las características es que no existen trastornos
inflamatorios en los músculos pese a sentir dolor el paciente.
Los medicamentos que facilitan el sueño profundo y relajan los músculos
ayudan a descansar a muchas personas que sufren fibromialgia. Los médicos
también recetan antidepresivos que además de ayudar a corregir ciertos
desordenes hormonales elevan el nivel de serotonina y noradrenalina. En dosis
menores a las usadas para el tratamiento de la depresión, los antidepresivos
permiten aliviar el dolor y mejorar el sueño nocturno. Sin embargo, la mejoría
observada con los antidepresivos varía mucho de una persona a otra.
Últimamente, se agregaron al arsenal farmacológico otra variedad de
medicamentos como pregabalina o gabapentin, útiles en ciertas enfermedades
neurológicas.
Un estudio con medio centenar de pacientes apunta hacia una nueva opción
farmacológica para tratar la fibromialgia: el pramipexol, medicamento empleado
habitualmente para tratar temblores del Parkinson. (54)
Lo cierto es que esta enfermedad todavía no cuenta con tratamiento ideal y es
por esta razón que los expertos abogan por combinar terapias no
farmacológicas con medicamentos como antidepresivos, relajantes musculares
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o antiepilépticos. También el origen es objeto de debate, aunque se acepta que
las anomalías del sistema nervioso central en el proceso del dolor juegan un
importante papel.
Un aspecto de interés es el que relaciona hipersensibilidad al dolor de estos
pacientes con pérdida de sueño durante una de las etapas (la fase IV), de ahí
la importancia de algunos medicamentos utilizados para otros trastornos de
salud y que impiden un sueño nocturno normal.
Por último, pero no menos importante, es la psicoterapia. Es obvio que, en
general, cualquier persona puede beneficiarse de un tratamiento
psicoterapéutico, pero en el caso más específico de la fibromialgia, la
psicoterapia se configura como uno de los tratamientos que más contribuyen a
mejorar la calidad de vida. Al tratarse de una enfermedad psicosomática,
considerando la palabra en su etimología originaria, es decir, con su
componente orgánico y elemento psicológico (y no desde la consideración de
mera enfermedad psicológica), el tratamiento psicológico resulta fundamental y
muy beneficioso. La intervención psicológica, en este sentido, se puede realizar
tanto a nivel grupal como individual.

Comentarios

  1. Doctor: le escribo por otra publicacion que hizo Ud. en revista Viva del 24-04-2016 sobre Flora Intestinal y Salud mental.
    Mi nombre es Laura Iturrioz,tengo 47 años y tengo una lesion medular traumatica por accidente de auto(D12 L1) por lo que sufro de dolor crònico en piernas..ademas de una paraparecia derecha.una escara sacra, operada en dos ocasiones. Y vuelta a aparecer hace casi 5 años sin lograr poder cerrarla definitivamente. Pero mi mayor sufrimiento apareciò hace 4 años cuando por unas gotas de flores de Bach tuve desequilibrio hormonal y baje de 46 kilos a 20y ""supuestamente" aparecio la enfermedad celiaca..digo ""supuestamente" porque si bien, la medica que me la detecto, en la biopsia dice que es un porcentaje bajo, la Dra.del hospital de gastroenterologia Udaondo, mas otros médicos vistos en distintas ocasiones, dudan que sea celiaca. Mas no encuentran que causa esas descomposturas, lo consulto con desesperación y tratando de encontrar alguien que me entienda por lo que estoy pasando. Vivo con còlicos terribles de dolor abdomnal, y perdida de flora intestinal que antes era en las deposiciones, pero ahora es todo el tiempo, en cantidades terribles, que no puedo controlar, sumado , a como dice Ud.en la nota de Viva, depresiones grandes y traumaticas, poniendo de cabezas toda mi vida y la de mi flia.y amigos, que a veces creen que todo esta en mi cabeza. Quisiera poder encontrar una forma para poder seguir adelante, porque siempre fui luchadora. Cuando me accidente estaba embarazada de 2 y medio meses,tuve un un bbaroncito que hoy tiene 14 años y una niña de 24, que son mi fortaleza, pero cada vez es mas y mas dificil seguir, ya que practicamente vivo encerrada dependiendo de estar cerca del baño para poder acudir constantemente, toda mi vida social esta rota.
    Gracias por el espacio y tiempo que nos dedica a todos los que padecemos enfermedades crónicas. Esperando pueda responder a mi pedido, agradecida lo saludo muy cordialmente.

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    1. HOLA LAURA, SOY LA ADMINISTRADORA DEL BLOG Y LAMENTO DECIRTE QUE AQUÍ SÓLO SE PUBLICAN ARTÍCULOS DE INTERÉS SOBRE ENFERMEDADES RARAS Y OTRAS NO TANTO; EL DR. NO VA A CONTESTAR TU MENSAJE PORQUE LO QUE SE PUBLICÓ ES SÓLO UN ARTÍCULO, ÉL NO TIENE NADA QUE VER CON ESTE ESPACIO. TE SUGIERO BUSQUES SU MAIL Y LE ESCRIBAS DIRECTAMENTE A ÉL. GRACIAS!

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    2. eSTE ES SU BLOG, PARA QUE PUEDAS ESCRIBIRLE http://eliasnorbertoabdala.com.ar/

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